¡NO ESTÁ AQUÍ, HA RESUCITADO!
En aquellos que le buscan y, lejos de cansarse,
lo muestran con su vida y con su testimonio
lo aceptan y, además, lo pregonan ante la incredulidad de muchos.
Vive, en aquellos que, lejos de confundirlo con un cualquiera,
saben que, Jesús, no es ningún hortelano que se entretiene
en huertos o campos que, escasamente, dan frutos en la vida.
¡NO ESTÁ AQUÍ! ¡HA RESUCITADO!
En las personas que, como El, se acercan al pobre
En las mujeres que, como El, dan lo mejor de sí mismas
En los niños que, como El, saben abrir el corazón
En los jóvenes que, como El, brindan sus fuerzas,
ingenio e ideas, tiempo o manos a favor de su Reino
¡NO ESTÁ AQUÍ! ¡HA RESUCITADO!
Y, porque ha resucitado, nosotros estamos vivos
Llamados a la alegría y al gozo compartido
A no bajar la guardia y, mucho menos, a caer en el pesimismo
Y es que, hermanos, tenemos mucho que hacer
El mundo, necesita recuperar la alegría cristiana
Nada ni nadie, puede empañar la explosión de la Pascua
¡Cristo, ha resucitado y nos da vida!
Cristo, ha vuelto para devolvernos vida y en abundancia
Cristo, dinamita las losas y las cavernas de la muerte
y, muchos, nos empeñamos en estar sometidos a ella
¡NO ESTÁ AQUÍ! ¡HA RESUCITADO!
Vamos a buscarlo en la dirección adecuada,
sin nos detenernos en caminos equivocados
en laberintos que conducen hacia el absurdo o la desesperanza
A Cristo hay que buscarlo y encontrarlo con la brújula de la fe
Guiados por la esperanza y sostenidos por sus promesas
Viviendo y compartiendo sueños e inquietudes celestiales
Comprometiéndonos en su nombre, aquí y ahora
en las causas que, la humanidad doliente,
es clavada y asaeteada por injusticias y dolores abundantes
Miremos hacia el cielo, nos asomemos al sepulcro vacío
pero sabiendo y asombrándonos de que, Cristo
está aquí, vivo, operante y activo en medio
de aquellos que creemos, luchamos y anhelamos su venida definitiva
Amén.
Javier Leoz, Pascua 2010
En aquellos que le buscan y, lejos de cansarse,
lo muestran con su vida y con su testimonio
lo aceptan y, además, lo pregonan ante la incredulidad de muchos.
Vive, en aquellos que, lejos de confundirlo con un cualquiera,
saben que, Jesús, no es ningún hortelano que se entretiene
en huertos o campos que, escasamente, dan frutos en la vida.
¡NO ESTÁ AQUÍ! ¡HA RESUCITADO!
En las personas que, como El, se acercan al pobre
En las mujeres que, como El, dan lo mejor de sí mismas
En los niños que, como El, saben abrir el corazón
En los jóvenes que, como El, brindan sus fuerzas,
ingenio e ideas, tiempo o manos a favor de su Reino
¡NO ESTÁ AQUÍ! ¡HA RESUCITADO!
Y, porque ha resucitado, nosotros estamos vivos
Llamados a la alegría y al gozo compartido
A no bajar la guardia y, mucho menos, a caer en el pesimismo
Y es que, hermanos, tenemos mucho que hacer
El mundo, necesita recuperar la alegría cristiana
Nada ni nadie, puede empañar la explosión de la Pascua
¡Cristo, ha resucitado y nos da vida!
Cristo, ha vuelto para devolvernos vida y en abundancia
Cristo, dinamita las losas y las cavernas de la muerte
y, muchos, nos empeñamos en estar sometidos a ella
¡NO ESTÁ AQUÍ! ¡HA RESUCITADO!
Vamos a buscarlo en la dirección adecuada,
sin nos detenernos en caminos equivocados
en laberintos que conducen hacia el absurdo o la desesperanza
A Cristo hay que buscarlo y encontrarlo con la brújula de la fe
Guiados por la esperanza y sostenidos por sus promesas
Viviendo y compartiendo sueños e inquietudes celestiales
Comprometiéndonos en su nombre, aquí y ahora
en las causas que, la humanidad doliente,
es clavada y asaeteada por injusticias y dolores abundantes
Miremos hacia el cielo, nos asomemos al sepulcro vacío
pero sabiendo y asombrándonos de que, Cristo
está aquí, vivo, operante y activo en medio
de aquellos que creemos, luchamos y anhelamos su venida definitiva
Amén.
Javier Leoz, Pascua 2010
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